NOS ESCRIBEN...

LA CRISIS LLAMA DOS VECES EN ESPAÑA

La crisis ya había comenzado en España antes de que las noticias de la nueva depresión llegaran de Wall St.
El pinchazo de la burbuja inmobiliaria fue el aviso de que se había terminado con la jauja del ladrillo y la bonanza económica que había hecho de este país en pocos años un polo de atracción para los olvidados de los países del llamado “Tercer Mundo”, que llegaron en bandadas con la esperanza de encontrar al fin su oportunidad de hacerse un lugar en la abundancia.
Algo así cómo una moderna fiebre del oro, solamente que esta vez no era por oro que llegaba la gente de África, América Latina o la Europa del Este, era por trabajo y la promesa de una vida digna Pero el espejismo era el mismo y duró muy poco.

A medida que el mercado de la construcción alcanzó su techo, comenzaron los problemas. En España se había llegado a tener casi un millón de viviendas construidas y una demanda que no llegaba al 10% de esa cifra por lo que el parón fue la consecuencia lógica.
Toda la actividad que gira alrededor de la industria de la construcción sufrió de inmediato el impacto y muchas industrias anexas que ocupaban a su vez un importante número de trabajadores, fueron empujados al paro por lo que en pocos meses se pasó de la demanda de mano de obra, casi sin preguntar su procedencia, al rechazo.
Quienes más sufrieron fueron, como siempre, los más vulnerables y en este caso; los inmigrantes.
El gobierno español se negó a usar la palabra “crisis” en aquellos momentos y estableció, casi por decreto, que lo que ocurría era una “desaceleración” de la economía. El aumento de los desocupados fue poniendo en su sitio a la realidad.
Quizá fue por esta razón que, en principio, en España no se le dio la trascendencia que merecía el “tsunami” financiero que se había iniciado en EEUU y comenzaba a inundar el mundo, aquí teníamos nuestro propio huracán y estaban intentando guardar la ropa desde antes.
De cualquier modo es cierto que en España los controles de la banca y las entidades financieras es mucho más estricto que en el resto de Europa y en EEUU.
El estado exige a los bancos un depósito de garantía por lo que éstos no pueden endeudarse sin controles por lo que la ola del desastre financiero no afectó en la misma medida que en Inglaterra, Francia o Alemania pero tampoco es garantía total de que un “pánico” en cualquier entidad pueda producir el caos y los “corralitos”.
Es por esta razón que el gobierno garantizó de inmediato 100 mil euros a cada ahorrista en caso de quiebra bancaria tranquilizando los posibles arrebatos.
Toda la gente es consciente de que el terremoto acaba de comenzar y ya se sienten las primeras consecuencias; imposibilidad de cumplir con las hipotecas inmobiliarias en muchísimos casos, desempleo, caída del consumo con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo que ya no se limitan a la industria de la construcción, está golpeando a todas las actividades sin excepción.
Los uruguayos que viven en España, en su mayoría, tienen documentación de la Comunidad Europea y muchos de ellos hace bastantes años que viven en España por lo que sufrirán los embates de la crisis del mismo modo que lo hacen los españoles.
Otra cosa es quienes carecen de documentación, que lo tienen bastante salado porque se han endurecido mucho las leyes inmigratorias y ahora es muy difícil poder vivir aquí careciendo de documentos porque tienen el acceso prácticamente vedado al trabajo, al alquiler e incluso a tener una cuenta bancaria, enviar dinero al extranjero o acceder a los servicios sanitarios.
Para los uruguayos que llevan años de residencia en España, muchos ya ciudadanos españoles, el plantearse regresar es una posibilidad remota porque ya superaron los tirones más fuertes de la nostalgia.
Para los otros, los de las últimas hornadas, que no son demasiados en el conjunto de los inmigrantes latinoamericanos, la posibilidad del regreso siempre es parte de los sueños porque en principio nadie deja su patria para siempre y en todo momento su futuro apunta al regreso
(Por Federico Rodríguez desde Madrid)

SE PUEDE: Gracias Fede, por tus aportes, que ya son reiterados y los atendemos con mucha atención. Nos interesa mucho una opinión inteligente desde la vieja Europa, que no quiere decir que seas viejo.

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