BASTA DE BALACERAS E INSULTOS...

Editorial de La República, con el que coincidimos plenamente.

El objetivo de derogar el IRPF por parte de la oposición ha fracasado, desde el momento en que la nueva Suprema Corte de Justicia lo declaró constitucional.

De esta manera blancos y colorados se quedaron sin un punto de apoyo para desplegar su accionar político, con miras a acumular fuerzas en la perspectiva de ganar las elecciones de 2009 en segunda vuelta.
En este momento, carentes de este punto de apoyo, sus batallones quedaron sin una directiva clara, sin una concepción de la ofensiva que debían desplegar.

Cada uno avanza por donde puede, cada uno hace su gasto, cada uno dispara decenas de tiros al aire con la intención de que a lo mejor se hiere al oficialismo.
Por ello, para la oposición, vale todo y por ello también se arma un escándalo donde se pueda, hasta cuando se discute el orden del día de una comisión parlamentaria.
Críticas y gritos por lo que sea, por eso quienes nunca hicieron nada por terminar con la impunidad en nuestro país, ahora son capaces de transformarse en un segundo en los más fieros defensores de los derechos humanos.
Pero esta gritería no está sola, sino que es protegida por el paraguas de los medios de comunicación de la derecha que actúan con inteligencia, poniendo un cierto orden al mensaje desordenado de la dirigencia blanqui-colorada.

Si hay dos crímenes crueles en Maldonado, viene bien para pegarla al intendente Oscar de los Santos y a la ministra Daisy Tourné.
Si los uruguayos sufren de asma en un porcentaje alto, las balas van a dar contra la ministra María Julia Muñoz, como si esta enfermedad hubiera surgido el 1º de marzo de 2005. Lo único que falta es librar un pedido de informes al ministro de Deportes, Héctor Lescano, por el bajo rendimiento de River Plate contra Defensor.

Ahora la oposición va en busca de un nuevo punto de apoyo: el aumento del precio del gasoil.
Con el apoyo de las dirigencias de las poderosas gremiales rurales preparan movilizaciones y hasta se estudia concretar una marcha hacia Montevideo, al mejor estilo de los terratenientes argentinos.
No importa si el precio del petróleo se disparó en el mundo, no importa que el dólar esté a la altura del felpudo en la cotización mundial, no importa si Uruguay sufre una sequía de gran magnitud, no importa si durante décadas los gobiernos blancos y colorados no hicieron nada para no llegar a este preinfarto energético, el asunto es crear y recrear el clima de caos y de angustia de la población con fines electorales.
Si esta política irresponsable de la oposición prospera, el país vivirá en el próximo año y medio el peor escenario para unos comicios nacionales que ya se visualizan polémicos.
Es de esperar que la cordura vuelva a la dirigencia de los viejos partidos, por el bien de ellos mismos y por el bien del país.
Hoy Uruguay está avanzando, creando y consolidando su plataforma de despegue, corrigiendo las graves dificultades sociales que heredó de políticas neoliberales nefastas, lo que es bueno para cualquier partido político que crea que va a llegar al gobierno.
Esta realidad positiva que está viviendo el país debería ser reconocida por los partidos de la oposición o por lo menos tendría que ser tenida en cuenta a la hora de definir su accionar político, así como las formas de hacer política.
El país necesita un debate serio, reflexivo, que polemice sobre ideas, ajeno a todo tipo de histeria, confrontando programas y formas de concebir el gobierno.
El pensamiento de los uruguayos no se puede construir en medio de una balacera de insultos, porque la madurez política no solo es base del sustento de nuestra institucionalidad y componente fundamental de la democracia, sino que es a la vez la mejor carta de presentación ante un mundo económico que desconfía de la política y de los políticos.
El próximo martes la Cámara de Diputados interpelará a los ministros Danilo Astori y Eduardo Bonomi sobre la aplicación del IRPF a los jubilados. Será una buena oportunidad para que los actores políticos defiendan sus posturas con firmeza y argumentos, para que luego la ciudadanía juzgue.
Es de esperar que las almas estén calmas y los cerebros activos, para que el país salga dignificado, mejor aunque no unánime, porque los representantes del pueblo supieron tener una compostura acorde con sus responsabilidades.

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