El enemigo interno o la teoría del gobierno en disputa

Este excelente editorial, lo encontramos en la publicación compañera del MPP, “Participando”.
Nuestro mensuario y nuestro Blog, no responden a ningún sector del FA.
Por un instante nos asomó la duda: ¿ Estará bien publicar textos de sectores específicos?
Pero sólo duró eso, un instante. Porque de inmediato nos dijimos, que la mejor manera de llevar a la práctica lo que pregonamos, es ésta precisamente.
Desde estas páginas, resaltaremos todo aquello que a nuestro entender, sea válido para el FA y su Gobierno.
También establecemos, que los compañeros del “Participando”, respondieron rápida y afirmativamente a nuestra solicitud de autorización. Gracias, a ellos.

El enemigo interno o la teoría del gobierno en disputa

Es viejo como el agujero del mate: cada vez que, en el marco de la lucha contra la derecha política e ideológica, alguien quiere tomar un camino que lo deje “bien posicionado”, empieza a pelear contra quienes, a su juicio, luchan mal y, supuestamente, se transforman en un obstáculo para la verdadera lucha contra la derecha.

Generalmente, este camino ayuda a construir aparatos políticos, pero ayuda muy poco para acumular y modificar la correlación de fuerzas en la sociedad.

Esto se ha dado a lo largo de la lucha por la consolidación de la izquierda en el Uruguay: la mayor parte de los movimientos maoístas tomaron como eje de su estrategia la lucha contra el social imperialismo y el revisionismo soviético, y en los hechos se transformó en la lucha contra el PCU, contra el FA e incluso contra las direcciones de la CNT; corrientes anarquistas, para unificarse con el MLN-T, exigían que este último modificara su línea y la centrara también en la lucha contra el reformismo; los partidos que creían en la necesidad del partido único para construir el socialismo daban una lucha sin cuartel contra otros partidos que creían lo mismo, pero que entendían que el eje de ese partido único tenían que ser ellos mismos...
Lo que se ha avanzado por ese camino y nada, es más o menos lo mismo.

La contradicción principal es la oligarquía contra el pueblo y los que necesitan el desarrollo del país soberano para realizar sus reivindicaciones.
En ese marco –el marco en que se desarrolla la lucha por el socialismo y la liberación nacional- la verdadera acumulación se produce en el enfrentamiento contra la derecha, contra la oligarquía y los partidos que la representan.

Es en esa perspectiva, que se puede producir la verdadera acumulación: social, ideológica y política.
Es en esa perspectiva, que se van a consolidar las organizaciones sociales, sindicales y barriales. Es en esa perspectiva, que se deben consolidar las organizaciones políticas de izquierda.
Es en esa perspectiva, que se puede producir el fortalecimiento ideológico necesario para sostener un proceso prolongado.

Si se considera que el gobierno está en disputa, no con la derecha, sino en disputa con otros sectores del propio FA, se desplaza el eje de la lucha hacia la necesidad de debilitar a los que “luchan mal” y se va derecho a caer en un internismo paralizante.
Además de considerar que el gobierno está en disputa con otros sectores de la izquierda, se está a un paso de considerar que está en disputa el propio FA e incluso el movimiento sindical...

En realidad, plantearse así las cosas es producto de la debilidad ideológica y política.
Es producto de las dificultades existentes para levantar un movimiento, fuerte y poderoso, dispuesto a ayudar a consolidar la gran organización de la izquierda, creciendo entre la gente, con la gente, en las organizaciones sociales, barriales y sindicales, entre los pequeños y medianos productores, en los que necesitan tierras para trabajar y poner al país de cara al desarrollo productivo...

Plantearse así las cosas conduce a la búsqueda del enemigo interno y, a la corta y a la larga, se debilita cualquier tipo de organización.

Hay que considerar, sí, que el gobierno está en disputa, pero con la derecha, con la oligarquía, y no en la interna del Frente Amplio.
Eso lleva a la necesidad de salir a las calles y a los caminos, a los barrios y las ciudades y pueblos del interior del país, conversar, intercambiar, escuchar, responder... en un proceso de ida y vuelta, y permanente movilización.

Ello está en contradicción con encerrarse entre cuatro paredes a discutir quién tiene razón o qué palabras de más o de menos necesita un documento.

La lucha es contra la derecha y así hay que recalcarlo.
No se puede caer en la tentación de tomar por el atajo de la lucha contra los que luchan mal.
En todo caso la lucha contra los que luchan mal se debe dar luchando bien y no enrostrándole a cada paso que están haciendo las cosas mal y que tienen que cambiar. Si no cambian van a quedar por el camino, y quedará demostrado que ellos también luchaban mal.

Si no somos capaces de relacionarnos con la gente, cotidianamente, y levantar un gran movimiento de masas, plural, amplio y participativo, nosotros también estaremos luchando mal.

Tenemos la gran oportunidad, de ahora en adelante, de recorrer ese camino, mano a mano con la gente, en los barrios y en los pueblos, en las calles y en los caminos.

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