IDEAS CANDIDATOS Y PROGRAMAS

SE PUEDE se nutre de todo lo que el colectivo entiende que es positivo para este proceso de cambio que está viviendo la sociedad uruguaya.
Hoy presentamos parte de las reflexiones del periodista Esteban Valenti, extractadas de Bitácora On Line: http.www.bitácora.com , lugar donde se pueden leer todas sus reflexiones.
Coincidimos con buena parte de lo expuesto y nos gustó mucho una de las frases, donde dice: "ellos (los dirigentes de los partidos tradicionales) se siguen creyendo los dueños del poder, obligados a un recreo". Aquí va parte de lo que más nos interesó.

"Me devoré por televisión todo el discurso del presidente de todos los uruguayos, Tabaré Vázquez en Paso de los Toros.
Me pareció muy bueno, oportuno y muy necesario.
Las propias reacciones – a veces francamente histéricas y al borde del ridículo – de alguno de los adversarios me confirmaron en mi opinión.
Incluso respecto a la movilización de los frenteamplistas que fueron a participar del acto.
¡Era hora!Ellos hablan del estilo, de las formas, de todo menos de los contenidos.
Es que los resultados del gobierno siguen siendo espectaculares, y así lo percibe la gente, por ello la última encuesta de Equipos Mori en febrero muestra un 59% de apoyo a Tabaré Vázquez, 45% al gobierno, aumentando 4% respeto a diciembre, 61% de apoyo al Sistema Nacional Integrado de Salud y opiniones divididas en tercios sobre el IRPF.
El discurso de Paso de los Toros no fue un discurso de campaña.
Imaginen por un instante la alharaca que hubieran hecho ellos imponiéndonos a diario la cadena de radio y televisión si durante alguno de sus gobiernos hubieran obtenido algo parecido a los números económicos y sociales del gobierno de izquierda.
Es que en el fondo ellos se siguen creyendo los dueños del poder, obligados a un recreo.
Hay una tendencia – bastante universal – a personalizar la política, incluso en el Uruguay cualquier debate termina en nombres.
Es una de las peores tentaciones y deformaciones del poder.
No hay duda que al final votaremos por un candidato, por una fórmula y con el mejor gobierno de hace muchas, muchas décadas en el Uruguay la izquierda, el Frente no gana con cualquier candidato. Pero no avanzamos y no seguiremos cambiando este país sin ideas, sin programa, sin estrategias políticas.
El sentido común que algunos nos quieren imponer – desde fuera de la tradición de la izquierda – transpira ideología, y la subestimación de la elaboración política y programática es pura ideología.Necesitamos elaborar y pensar para este nuevo tiempo que hemos contribuido de manera decisiva a construir en nuestro país, en primer lugar por la acción de nuestro gobierno y en un mundo en permanente transformación.
Las falsas y primarias antinomias no resuelven nada.¿Cómo se expresa en este nuevo tiempo la acumulación de fuerzas? ¿Sumando votos? No. Debemos profundizar esa compleja relación entre la profundidad del programa de cambios, su impacto en la sociedad uruguaya, su impulso en el desarrollo y la estructura dinámica del bloque social y político de los cambios.
Lo que nos llevó hasta el triunfo del 2004 ya no nos alcanza, se agotó, cumplió su papel, pero ahora tenemos nuevos problemas y nuevas necesidades.
¿Qué nuevas alianzas podemos y debemos construir en el país y en la región para que podamos profundizar los cambios? Cuando un rumbo se vuelve simplemente evolutivo, gobernar se transforma en administrar, y el cambio pierde impulso, vitalidad, novedad y sobre todo se agota. El cambio comienza en nosotros mismos, en nuestra capacidad de innovar, de formularnos. nuevas metas, que no son sólo de crecimiento económico, de redistribución, de modernización del Estado y de las relaciones sociales, son de un proyecto nacional.
Esas son partes, ineludibles, pero que requieren de nuevas audacias e impulsos para construir un país diferente, con otros niveles de justicia social, de libertad, de democracia y de igualdad de oportunidades.
Hemos avanzado mucho, pero estamos muy lejos de nuestros objetivos, que en realidad nunca alcanzaremos.
El modelo nacional que el país está construyendo admite un amplio espectro de fuerzas sociales. Las necesita, las debe integrar con todo su bagaje de cultura, de experiencia, de identidades diferentes.
No es un modelo excluyente, al contrario su déficit es que todavía no alcanzó los niveles de inclusión necesarios. Inclusión social, política y cultural.
Ya hemos superado la etapa de la reconstrucción de los cimientos del edificio nacional devastados por la crisis y carcomidos por años de malos gobiernos, ahora ya podemos aspirar y proponernos mucho más.
¿De donde debemos partir? De la política, la madre de todas las batallas.
Necesitamos un profundo, serio y valiente programa del Frente Amplio, esa es la tarea más importante que afrontamos.
Lo necesitamos para discutir dentro de la izquierda, discutir en serio y no anécdotas, lo necesitamos para entusiasmarnos, convocarnos, participar y movilizar nuestras fuerzas, lo necesitamos para ganar pero mucho más para gobernar a partir del 2010.
Los peores grilletes para el pensamiento no son los metálicos, con candados y carceleros, son los invisibles, los que nos impone la costumbre y el miedo a lo nuevo. Y estamos construyendo un tiempo nuevo. Ese es nuestro principal mérito y nuestra enorme responsabilidad.

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